Las Islas Galápagos son relativamente jóvenes en términos geológicos y fue formado por erupciones volcánicas. Su nombre “Galápagos” viene de la palabra española “galápago”; una silla de montar y este nombre se aplicó cuando los visitantes vieron tortugas gigantes y los llamaron en plural “Galápagos” mismo que fue atribuido más tarde al archipiélago.
Además de un ambiente único y virgen; el archipiélago también tiene una historia humana que te cautivará. El obispo de Panamá, Tomás de Berlanga, fue la primera persona en las islas en 1535. Llegó cuando su barco zarpó desde su país de origen hacia Perú. Más tarde, los balleneros ingleses llegaron al archipiélago y por esta razón, algunas de las islas recibieron su nombre en inglés. En 1832 pasó a ser parte del Ecuador.
El famoso naturalista inglés, Charles Darwin, visitó por primera vez las Islas Galápagos en 1835 a bordo del Beagle. Durante varias semanas, observó las magníficas adaptaciones de las especies en cada una de las islas la cual fue la base de su teoría de la selección natural cuyo detalle está en su libro “Origen de las Especies”.